23 enero, 2009

Ínfima realidad


Cuando despertó, rodeado de una umbría oscuridad, la soledad lo embargó hasta las entrañas.
Nada recordaba del anterior día ni que hacía ahora completamente abandonado entre un espeso bosque. Al pasar la inconsiencia de su cuerpo, se incorporó mecanicamente, impulsado por una desición tomada hace largas horas. Le dolían las piernas, el cansancio lo consumia y el hambre lo embargaba.
Lentamente la locura tomaba forma. Siguió caminando, frenéticamente, al sentirse perseguido. Claramente oía los cruidos de ramas provenientes de los alrededores; sentía pesadas miradas de curiosidad y desprecio y alarmantes voces que clamaban entre sí.
Intentó correr, todavía más, hasta que los sentidos le fallaron y ya no vio nada...
... Y se entregó nuevamente a la plácida inconciencia .

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'Simplemente, a veces es mejor entregarse a la cruel fantasía y locura. La realidad puede ser desesperante y qué importa que mirada tengas ...
Nadie la podrá quitar y solo la hará más pesada mientras no cierres las puertas' <<. ~ Nada más que el equilibrio anhelado, pesando levmente hacia abajo.